Pesticidas orgánicos
¿Qué son los pesticidas orgánicos?
Los pesticidas orgánicos son biopreparados elaborados para corregir los desequilibrios que se manifiestan en ataques de plagas y enfermedades en los cultivos, huertos o jardines. También se le conoce con el nombre de pesticidas naturales, pesticidas botánicos o pesticidas ecológicos.
Estos biopreparados son productos elaborados a partir de materiales simples, de origen animal, vegetal o mineral; presentes en la naturaleza; que dan protección a las plantas sea atrayendo o repeliendo insectos.
¿Qué es un manejo biosostenible de un cultivo?
Es la aplicación de prácticas integrales a los cultivos que busca mantener la población de insectos a un nivel que no sea perjudicial. Esto se logra manteniendo las plantas bien nutridas, para incrementar sus defensas; diseñando ambientes biodiversos; generando condiciones de repelencia (no aptas) para los insectos, hongos, etc. en sus distintos estadíos de desarrollo; creando asociaciones de cultivos que atraigan organismos que controlen o generen una barrera natural para las plagas; y produciendo biopreparados que refuercen aún más estos objetivos.
Tipos de pesticidas orgánicos
Ten presente que para el control de insectos plaga requieres conocer su ciclo biológico, cuáles son sus enemigos naturales, en qué etapa de su desarrollo y del cultivo son dañinos, de manera que podamos prevenir y realizar controles eficaces.
Con este objetivo se han venido clasificando a los pesticidas orgánicos con los siguientes nombres: insecticidas, fungicidas, herbicidas, plaguicidas e incluso hay repelentes para peces o mamíferos que amenazan las plantas.
¿Qué es un insecticida orgánico?
Un insecticida orgánico es un biopreparado que se fabrica para dar un manejo sostenible a las plagas y enfermedades que los insectos producen en el huerto orgánico. Es un pesticida ecológico que se usa específicamente contra los insectos.
Problemas que presentan los insecticidas inorgánicos
Más del 50% de los pesticidas que existen en el mundo son insecticidas; pues es la principal plaga que se sale del control en los cultivos. Los insecticidas inorgánicos de primera generación, eran químicos que además de ser muy tóxicos y poco eficientes, permanecían en el medio ambiente hasta por 50 años. Luego el hombre creó los de segunda generación, donde hay tres tipos:
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los organoclorados: los famosos DDT, que son menos tóxicos y también permanecen en el ambiente por varios años. Tienen la gran desventaja que además son bioacumulables, es decir, con el tiempo van aumentando su concentración. Además, al no ser solubles en agua, se evaporan y son transportados por el viento, polvo y lluvia a grandes distancias sobre la tierra. El mayor problema de estos insecticidas es que al no ser soluble en agua, entra al cuerpo y se acumula en los tejidos adiposos, bioacumulándose.
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los organofosfatos: desaparecen en días y se eliminan por la orina. El arsénico, estricnina y cianuro son muy tóxicos para el hombre.
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Carbamatos: los famosos son el cararil o Servin y el Baygon o propoxur. Desaparecen en días y también se eliminan por la orina. Gustan por ser poco tóxicos para el hombre pero son a la vez poco eficientes. Se utilizan principalmente como insecticidas caseros.
Efectos de los bajos niveles de toxicidad de los insecticidas inorgánicos
Cómo podrás observar, los insecticidas inorgánicos son veneno para el ser humano. Que se clasifiquen como poco tóxicos no significa que sean seguros; es por ello que los seres humanos conscientes, están rescatando los conocimientos y la sabiduría de la agricultura ecológica. Es buena para los animales, es buena para el hombre, es buena para todos.
Se han realizado estudios sobre los casos de personas expuestas a pesticidas y se encontró que entre el 80 – 90% de los casos provienen de personas que aplicaron pesticidas de «baja toxicidad» en espacios cerrados y en sus hogares. En estos sitios se midieron los niveles de toxicidad y se hallaron niveles a apreciables de residuos en suspensión, de hasta una docena de pesticidas diferentes.
Beneficios de los pesticidas orgánicos
Los pesticidas orgánicos o naturales tienen grandes beneficios para el hombre; entre ellos está la disminución de los riesgos por intoxicación. Cómo bien sabes, los pesticidas químicos son altamente tóxicos, no solo para los seres humanos sino también para los animales; en cambio, los pesticidas orgánicos tienen nulos o muy bajos niveles de toxicidad. Esto además disminuye la contaminación ambiental; es decir, son ecológicos.
No requieren, o requieren muy poca energía a base de combustibles fósiles para su elaboración. Lo que es un punto a favor del medio ambiente.
Son caseros, es decir, pueden ser preparados por los propios agricultores urbanos, disminuyendo así la dependencia y los costos que acarrea contratar a técnicos y empresas especializadas.
Los pesticidas orgánicos son preparados con recursos que se encuentran disponibles en la región; de esta forma, los pequeños agricultores pueden realizar un control de plagas a bajo costo.
Como son elaborados con biopreparados, los plaguicidas orgánicos se degradan rápidamente. Esto disminuye notoriamente el riesgo de encontrar residuos de pesticida en los alimentos cultivados. Generalmente los residuos se han degradado antes de la cosecha.
Generalmente no causan la muerte del insecto, pero impiden que éstos se alimenten y se propaguen. Es por ello que las palabras insecticidas orgánicos, peticidas orgánico, etc. no son del todo correctas. Sin embargo, como hacen parte de la jerga de los agricultores, se utiliza de forma común. Una ventaja de que actúen en el estómago de la plaga, es que los hace más especializados en controlar las plagas específicas, no deseadas.
Finalmente, se ha encontrado que los insectos y plagas, se demoran más en desarrollar resistencia a los pesticidas orgánicos que a los químicos.
¿Cómo se aplican los pesticidas orgánicos?
Esto varía según el biocompuesto preparado. En general, se aplican por fumigación; esto es lo que llamamos fumigaciones naturales u orgánicas. La recomendación que se debe tener es no utilizar fumigadoras con residuos químicos y lavarlas muy bien después de cada uso; esto es para evitar la contaminación cruzada.